Los roles de las pescadoras de Barco y los acuicultores de Cusipata
Las comunidades de pescadores y acuicultores de las comunidades de Barco y de Cusipata, son los beneficiarios directos del piloto “Monitoreo del impacto en la calidad del agua en zonas de alta presión piscícola mediante el uso de estaciones automáticas”, y pese a que ambas son muy próximas, se diferencian en los roles ejercidos por varones y mujeres.
En la comunidad de Barco, las que lideran la actividad son las mujeres, pero esto sucede porque frente a la disminución de la pesca en los últimos años, ya sea por el cambio climático, la pesca descontrolada o la contaminación circundante, los hombres tuvieron que salir de la comunidad en busca de mejores oportunidades.
En ese contexto, las mujeres culminaron un proceso de formalización en el marco de la Asociación de Pescadores de Barco y tanto abuelas, como madres e hijas, se dedican a la captura y venta de especies originarias como el pejerrey o el ispi y en menor cuantía las truchas, que son vendidas en los mercados locales y restaurantes del poblado de Chucuito y sirven como el sustento del hogar.
“Nosotros somos pura mujeres, nos dedicamos a la pesca desde nuestra niñez, nuestros papas, nuestros abuelos, han sido pescadores y como ahora no hay trabajo y nos dedicamos a la pesca a veces para sobrevivir no más, ya que hay poco para vender, ya no como antes que había bastante”, indicó Victoria Elvira Tique Vilca, una de las socias de la Asociación, quien lamenta como la escases de peces afecta incluso a la nutrición en sus hogares.
A diferencia de Barco, en Cusipata se practica el cultivo de trucha arcoíris de manera intensiva, pero en su totalidad está liderada por los varones. Su producción está más dirigida hacia la actividad acuícola de la crianza y cultivo de trucha arcoíris; está manejada por la Asociación de Acuicultores de Cusipata con 46 acuicultores asociados que tienen desde cuatro hasta cien jaulas. El 80% de esta su producción está dirigido a abastecer el mercado boliviano.
La responsable del piloto, ing. Katherine Zapata, cuenta que, en esta comunidad, “es más difícil que en este sector encuentres a una mujer en temas de crianza de trucha, puedes encontrar una a dos a lo mucho, del total de los centros, ya que los de la zona atribuyen que es un trabajo con mayor esfuerzo; en cambio las mujeres en Cusipata tienen un rol más de comercialización e imagen, ya que se encargan de las ventas”.
Pistas para hacer la actividad de manera sostenible y segura
Las mujeres de Barco ven en este piloto un aliciente, ahora ya pueden entender que necesitan un apoyo, para lograr invertir en el cultivo de especies locales o de truchas de manera intensiva y sostenible, tal como dicen que sucedió en la comunidad de Cusipata.
“El piloto nos ha dado iniciativa y nos da pistas de cómo tenemos que hacer la actividad de manera más segura. A veces sufrimos con el peso de los remos, nuestras embarcaciones no tienen motores y nos ponemos en riesgo frente al levantamiento del oleaje y podemos accidentarnos, entonces con este equipo que han instalado, vamos a estar prevenidas cuando el clima no sea propicio para salir a pescar”, explicó Victoria Tique.
Por su parte, Brígida Asencio Charca, otra de las socias de la Asociación de Pescadores de Barco, expresa su deseo de conseguir maquinas desovadoras, es decir salas de eclosión, donde se realiza la reproducción de peces de manera asistida con miras al repoblamiento del Lago.
“Queremos participar de las vedas y prohibiciones para proteger a esos peces ser parte de la actividad, nosotros nos dedicamos a pescar, no sabemos hacer ninguna otra actividad, de eso vivimos y queremos modernizarnos”, manifestó.
Como Asociación, las mujeres de Barco están organizadas para mejorar su actividad, sin embargo, no tienen apoyo, no han recibido capacitación, no tienen acceso al estado del estado.
Las mujeres en Barco y los hombres en Cusipata, están a la espera de poder participar del programa de capacitación continua que brinda este piloto a los acuicultores.
No hay comentarios