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Fecha de Publicación: 04 de mayo de 2021

Esponjas que funcionan como bosques

El valor de los bofedales de altura y la urgencia de conservarlos

Los bofedales de altura son ecosistemas frágiles. Conocidos como esponjas de agua, joconales, ciénagas, oasis de montaña, entre otros, los bofedales cumplen la función de absorber el dióxido de carbono tal como lo hacen los bosques, además de almacenar agua en sus raíces como si fueran esponjas.

Estos ecosistemas únicos se encuentran en riesgo de secarse y desaparecer.

Desarrollan funciones ambientales de resguardo de agua y alimento para el ganado y la fauna silvestre, que depende completamente de su existencia en época seca. Así, benefician también, a las comunidades que dependen de estos recursos como sus medios de vida.

En el altiplánico municipio paceño de Charaña, ubicado a más de 4.050 msnm en Bolivia, el proyecto piloto “Revitalización de los bofedales contribuyendo a la disponibilidad de agua”, viene trabajando junto a la población para la conservación de estos ecosistemas frágiles. Con capacitaciones y a través de la recuperación y revalorización de saberes ancestrales, el proyecto apunta a la conservación de estas importantes fuentes de agua y biodiversidad.

La población de Charaña está conformada principalmente por adultos mayores, cuyas principales actividades económicas son la venta de carne de ovino y camélidos, y la agricultura de productos andinos. Es clave, entonces, la conservación de sus fuentes de agua, para poder continuar con sus actividades durante la época seca.

“Cuando es tiempo de lluvia los bofedales se hinchan, porque almacenan una gran cantidad de agua en su interior que se libera durante los meses en los que no llueve. Así mantienen el cauce asociado al rio Cañu y Putani con un grado de aporte hídrico constante. Las plantas que se encuentran en el lugar se mantienen, el ganado puede seguir alimentándose y toda la dinámica alrededor de este ecosistema puede continuar de forma natural.” explica Eliana Quispe, responsable del proyecto piloto.

Carlos Cutipa Chambi, de la estancia Jalaru, ha vivido toda su vida en Charaña y, al igual que sus vecinos, ha subsistido gracias a los bofedales.

“Los bofedales sirven principalmente para la alimentación de la alpaca, llama, oveja; todas las estancias de la cañada del rio Cañu tienen bofedal y alimentan a los animales que tenemos en esta región y eso nos sirve mucho más para nuestro mantenimiento, vendemos lana y carne, con eso compramos mercadería para subsistir en el año”.

Estos ecosistemas están en constante amenaza, por factores como el cambio climático, pero también por acción del hombre. Se desvía el agua de los ríos que los alimentan, no se les hace un buen mantenimiento o se extrae la turba que producen, llevando al deterioro e incluso a la pérdida del bofedal. En Charaña, la realidad no es distinta, la mayor amenaza a los bofedales es la disminución de los caudales originales en los ríos internacionales y de los niveles de precipitación pluvial.

Esta iniciativa que impulsa el Proyecto GIRH-TDPS con la asistencia técnica de Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) busca revitalizar los bofedales piloto de las estancias Cumaravi, Ticani y Chillihuani de Charaña.

En este objetivo ha involucrado a las entidades territoriales autónomas municipales y a la población, que quiere recuperar las prácticas ancestrales de manejo de los ecosistemas y unificarlas a las tecnologías actuales para proteger los bofedales y que estos puedan seguir dando sustento a las comunidades que dependen de ellos.

Gladys Poma Apaza, de la estancia Ticani, revela que el bofedal del que subsisten está en riesgo.

“En este bofedal nos falta agua, se está secando y esa es una preocupación porque nosotros compartimos el agua con otras estancias. El agua viene del lado de Chile, más arriba sacan para las acequias y por eso el agua ya es muy poquita. Más que todo la alpaca necesita de mucha agua, acá tenemos pozo para tomar agua, pero también está rebajando. Como hay tanto sol el agua ya está rebajando, yo sólo espero que llueva.” dice.

“El enfoque del proyecto no es introducir una tecnología nueva, de un sistema de riego tecnificado o cosas netamente antrópicas”, dice Eliana Quispe. Al ser una zona frágil, lejana, que no dispone de grandes cantidades de agua, se trabajan propuestas que puedan ser sostenibles en el tiempo.

“Ha sido grato ver que muchos de los habitantes ya tienen prácticas de manejo heredadas de los ancestros; estas se están rescatando y se están fortaleciendo, por el hecho de que estos bofedales han existido desde siempre, junto a una cultura de manejo que se está recuperando, porque existe el riesgo de que no se transmita y se pierda”.

 

Historia: Eliana Ballivian / GIRH-TDPS/ PNUD Perú

https://pnudperu.medium.com/esponjas-que-funcionan-como-bosques-5a4b60804891

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